martes, 23 de marzo de 2010

La segunda historia de reflexión

  Bueno amigas y amigos continuando con las historias que les comente anteriormente, hoy les publio la segunda. Ésta lleva por nombre:

El presente invisble:
  "El día de Navidad, la familia entera se reunió alrededor del árbol y comenzó a abrir los regalos. la hija, contenta, le entregó una caja al padre.
  -Esto es para tí, con todo mi amor.
  El padre, orgulloso, abrió la caja, pero estaba vacía. Con el mayor cariño,le dijo a su hija: -Amor mío, sé que tienes la mejor de las intenciones ç, pero la vida te ha de enseñar que no podemos dar algo que no existe, por muy envuelto que esté y por mucho cariño con que lo entrguempos. Creo que te olvidaste de poner algo ahí dentro.
  -¿Pero es que no lo ves?
  - No veo nada, hija mía
  - ¡Pues me pasé una tarde entera llenándola de besos!
  Los ojos del padre brillaron:
  - ¡Es verdad! ¡Muchas gracias, hija mía, por un regalo an bonito!
  Y durante el resto de su vida, siempre que sentía deprimido o descorazonado, el padre abría la caja, sacaba un beso que su hija había puesto allí, y volvía a tener el valor suficiente para enfrentarse a sus retos." Dominical.

  Toda historia que cuente con la participación de un niño, siempre deja una moraleja, porque ellos son un claro ejemplo de la inocencia, bondad, honestidad y demás valores -que lamentablemente- muchos van perdiendo con el pasar del tiempo. No importa lo que demos, lo que de verdad interesa es con el cariño que lo damos y esperamos que la otra persona lo disfrute, tal vez poara esa persona no tenga el mismo valor que nosotros le damos pero como dicen "la inetnción es lo que cuenta", sólo hay de darlo de corazón. No quiere decir que de ahora en adelante demos regalos vacíos, no para nada, sino que todo lo que demos sea de corazón, con cariño y con la mejor de las intenciones.

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